jueves, 5 de abril de 2012

LA TRAICIÓN: EL ORIGEN DE LA SEMANA SANTA


EL JUEVES SANTO

La historia Bíblica refiere en el Evangelio escrito por el cronista Mateo, en el capítulo 26 versículo 17, lo que se denomina: "El primer día de la fiesta de los panes sin levadura", festividad que corresponde a 24 horas antes de la Crucifixión, o en nuestro días, lo correspondiente al Jueves Santo, y que históricamente es el momento crucial del que se desprende el clímax de La Semana Santa, o sea, la Pasión y Muerte de Jesucristo, misma que tiene origen directo con una traición consumada a través de "la venta" de la vida de Jesús por parte del traidor por excelencia de todos los tiempos: Judas Iscariote.

El relato Mateista inicia con la precisa instrucción de Jesús a los discípulos, cuando éstos le preguntan: "¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua?", a lo que "Y él dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos".

Esta escena es el preparativo de la histórica "Última Cena", representada magistralmente por Leonardo Da Vinci en el Cuadro que ha sido multiplicado en cientos de millones de copias, en donde Jesús come con sus discúpulos en una gran mesa.

Previamente, Judas Iscariote ya se había presentado con los Sacerdotes del Gran Templo Judío a preguntarles "¿Si os lo entrego, qué me daréis?", a lo que los Sacerdotes le mostraron 30 monedas de Plata.

Pero es hasta la "Última Cena", en que Jesús revela su conocimiento sobre la traición que pesaba sobre él, pero que nadie más imaginaba, sobre todo, que provendría de uno de ellos mismos.

El capítulo 26:21 del mismo Mateo refiere: "Y mientras comían, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. Luego, en 26:22, prosigue el relato: "Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor?", y en 26:23, "Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ése me va a entregar.", para rematar con la siguiente sentencia: 26:24 "A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido."

Por su parte Judas Iscariote se siente descubierto, pero aún tratando de disimular y pasar desapercibido, cuestiona directamente a Jesús en 26:25 "Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? (Y Jesús) Le dijo: Tú lo has dicho."

Hay un tema muy destacable: la tración, a pesar de ser una característica humana de recurrente práctica, tiene un origen e influencia satánica: esto queda descubierto en otro cronista Bíblico: Juan, quien el capítulo 13:26 de su Evangelio, establece: "Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquél es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón.". Prosigue en 13:27: "Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto.". En 13:28, sigue el estrujante relato: "Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto. 13:29 Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres. 13:30 Cuando él, pues, hubo tomado el bocado, luego salió; y era ya de noche.".

Las siguientes famosas escenas que han sido estelarizadas por granes actores del cine, la televisión, el teatro, posteriores a esto, pues son la aprehensión de Jesús por los soldados romanos, su presentación ante Poncio Pilato, la negación de Pedro y otros detalles, pero sin duda alguna, ninguno de esos sucesos habrían acontecido si Judas hubiera resistido a la tentación de vender a Jesús.

Pero no lo hizo.

ACTUALIDAD

Hoy la traición es un asunto constante y recurrente: los amigos se traicionan, las parejas se traicionan, los hijos traicionan a los padres, los padres a los hijos, los empleados a sus patrones y sus patrones a sus servidores. La vida se mece en una traición constante, y lo peor es que la humanidad lejos de avergonzarse de ser traicionera, se jacta de ello, de tal suerte que el hombre que traciona a su esposa, es reconocido, aplaudido y admirado por otros. La mujer que traiciona a su marido es tenida por líder entre otras mujeres, y así por el estilo.

Sin embargo el coto de desarrollo humano entre los hombres en lugar de crecer, decrece, se limita, se regresa en el tiempo.

Las traiciones tienen en su momento la retribución de sus obras: una traición ha llegado a terminar con la vida de una o más personas, a veces inocentes.

Judas con su traición desencadenó un alud de hechos trágicos.

Las traiciones, a pesar de los años, siguen generando exactamente las mismas repercusiones.